3 abr 2010

Wii: ¿consola o estrategia de marketing?

Wii, el soporte de entretenimiento de última generación de Nintendo no deja indiferente a nadie. Y es que la consola de la compañía nipona tiene tanto ferviente admirador como detractor acérrimo.
Motivos no faltan en ambos casos (algunos más justificados que otros), pero para todos la conclusión es clara: la compañía del fontanero bigotudo se sacó un as de la manga y puso el mundo patas arriba. Aunque otras compañías ya tenían las cartas sobre la mesa (con buenas manos), no pudieron frenar el fenómeno Wii.
Nintendo tenía todos los comodines.
Pero, ¿por qué triunfó Wii?. La Wii no posee una capacidad para desarrollar gráficos vertiginosos (aunque tampoco se queda corta). La Wii no tiene algunos de los títulos fetiches de las franquicias más deseadas y valoradas (léase Halos, Killzones, God of Wars, GTAs, Bioshocks...) pero aún mantiene los suyos propios. La Wii no tiene títulos con un fuerte contenido y orientación adulta (aunque últimamente lo palia con Mad World, Silent Hill, Resident Evil, Dead Space...). La Wii apenas ha reducido su precio durante todo el tiempo que ha permanecido en el mercado.... Entonces, ¿por qué se vende como churros?, ¿es por el control?, ¿por el estilo de juegos?..En parte sí, y no.
En mi opinión, partiendo de la más gigantesca ignorancia, es que es por algo más sencillo....pero con matices complejos.
Pensemos que no a todo el mundo le gustan los videojuegos. Que no a todo el mundo le gusta “la maquinita”, “marcianitos” o universalmente “la pley”. Debemos tener en cuenta que hay mucha gente que piensa que los videojuegos son pérdidas de tiempo, de dinero y de capacidad de relación social.
Esto se traduce en que (supongamos) 3 de cada 10 personas (con factores tales como poder adquisitivo, poder real de decisión, capacidad de discernimiento sólido, objetividad, etc...) tienen consola y juegan, de manera habitual a los videojuegos. Este supuesto 30% es el objetivo de marketing de compañías, publicistas, desarrolladoras...
Pues Nintendo sacó un producto para el 70% restante.
Y le salió redonda la jugada. ¿Qué más da que los juegos tengas monigotes (en algunos casos, literalmente)
cabezones?, ¿qué más da que muchos juegos tengan una connotación infantil?, ¿qué más da que muchos juegos sean increíblemente simplones?...
ues porque Nintendo ha vuelto a su ideal original. A su FAMCOM (en España conocida como NES o Nintendo a secas). A su FAMily COMputer.
Wii es la consola para el hijo/a, abuelo/a, mamá, papá.... Seamos francos, alguno de vosotros se imagina a su abuela jugando a partidas on-line de Gears of War o a vuestra madre encarnando a Cratos en su venganza de God of War...Yo, personalmente, no. Y soy consciente de que existen excepciones, pero son tan raros los casos que no son representativos.

Y no porque el juego en sí sea violento, demasiado fantástico o lo que queráis. Sino por lo dicho antes: simplón, gráficamente simple y sencillo. Cualquier persona se volvería loca si tiene que aprenderse de memoria todas las combinaciones de golpes del Tekken o del Virtua Fighter..que sí, que se puede, pero hay que reconocer que es fácil fustrarse en seguida si no está habituado (y os lo dice un jugón friki).

La Wii es tremendamente intuitiva y extremadamente simple: señala, apunta y dispara; y si quieres pegar, pega literalmente. Y ya está.

El abuelo que vivió, ya tarde,la llegada de los videojuegos; el padre que siempre dice que son tonterías; la madre que dice que es la maquinita; áquel que dice que es tontería y antisocial...Ya tienen una forma de jugar fácil y rápida. Sin complicaciones y para toda la familia. La cosa ha cambiado. Ya no es entrar en una habitación en penumbra, ver al chaval/a frikando como loco a un Resident Evil o un Silent Hill o a Final Fantasy y que al entrar en la habitación te digan “deja la maquinita, enciende la luz y abre la ventana, estudia, haz vida social”, etc... Ahora te ven dando botes en la habitación, pegándoles mandobles al aire o desafiando a tu cerebro contra jugones de rincones variados del mundo. Ahora te preguntan “¿qué haces?”....Y sí, te mandan limpiar la habitación, sacar la basura, estudiar, buscarte novia o trabajo y lo de siempre. Pero el tono no es el mismo (repito, hay excepciones).

Además, no es raro que, viendo tus buenas o desastrosas habilidades, te diga “¿puedo probar?”, antes de salir de la habitación (o del salón, según sea el caso).

Es importante, y por ello lo recalco, que hay excepciones. A mi madre le encanta el Dance Dance Revolution, del mismo modo que me ha visto jugar partidas al Silent Hill de PSOne, con la misma tensión que yo por encontrar a la niña desaparecida. Así como he jugado partidas a dobles de Virtua Cop con mi padre en la Sega Saturn. Y hace un par de Navidades, la partida de Wii Sports después de la cena en familia fue inevitable.

Y es que es eso, se acabó el regalo de reyes que se juega en la intimidad de tu habitación (o cuando la sala o salón queden vacíos). Aún estáis con el turrón cuando apartáis sillas y mesas y os echáis unas risas porque el abuelo medio sordo y con cataratas ha ganado al tenis al nieto... Por muy causales, infantiles, simplones, etc.. que resulten sus juegos, son del agrado de los mayores consumidores: los padres, los “compramos-una-maquinita-para-que-el-crío-se-encierre-en-casa-o-esa-en-la-que-sale-el-abuelo-jugando-y-también-vale.pa.adelgazar-que-con-elturrón-has-ganado-unos-kilitos”.

Los juegos que tiene la Wii no son nuevos...sólo que ahora están enfocados ese público, a ese 70% que se mostraba escéptico y reacio a este tipo de entretenimiento. Nintendo ha ganado a pulso esta generación. Las ventas han sido estratosféricas..y siguen. Da igual que mucha gente se haya comprado la Wii por borreguismo y, a toro pasado, la tenga abandonada en un rincón. Ya formó parte del fenómeno Wii. Ha sido parte del escalón hacia el nuevo concepto de videojuegos. Concepto en el que no hace falta ser un monstruo machacabotones. Concepto en el que no tiene porque existir un alienígena o demonio devorador de hombres; sino un universo colorido de monigotes cabezones que se ríen y aplauden cuando haces el idiota (en el buen sentido de la palabra) delante del televisor.

Nintendo se arriesgó con una mano complicada. No un farol, sino esa mano de cartas que necesita una orientación planetaria milenaria para triunfar. Y, vaya si se alinearon. Y ahí está la prueba. En nada tendremos en el mercado los respectivos sensores de movimiento de la competencia. Algunos excesivamente similares a Nintendo (al menos en teoría) y otros que plantean serias dudas de eficacia y variabilidad. Pero ese no es el detalle. Es natural que compañías “enemigas” imiten formatos y/o ideas que triunfan. No olvidemos que hablamos de negocio, negocio que mueve cantidades desmesuradas de dinero al año.

El detalle estriba en el desprecio hacia la compañía insignia de Miyamoto. La superioridad técnica de la competencia despreció una estrategia de mercado y filosófica que al final, independientemente de la satisfacción del cliente, ha barrido todo aquello que se le ha puesto por delante. Nintendo tiene muchas cosas que pulir y mejorar de cara a un futuro a medio y largo plazo, pero con la Wii (de la DS ya hablaremos otro día), se ha creado un colchón, un seguro con el que poder experimentar y desarrollar otro producto que revoluciones y sorprenda a la comunidad de usuarios.

No pretendo convenceros de que compréis la consola del fontanero (ojalá me dieran, aunque sólo fuera, el 0.001% de todos sus beneficios), es más, yo la tengo bastante abandonada. Sólo quería comentar mi punto de vista (personal, por supuesto) sobre el fenómeno Wii. Fenómeno saturado de fanáticos que o bien critican por criticar o bien defienden por una fe ciega injustificada. Nintendo lo ha hecho bien y punto. Si no te gusta, tienes más donde elegir en el mercado. Y la Wii no es una mala compra, pero has de ser consciente de qué es lo que vas a jugar en ella (es lo que la gente debería ver antes de comprar una u otra consola: el elenco de juegos que marca el estilo de esa plataforma).

Creo que lo dejaré aquí, ya que es un tema que aún puede dar para más y no quiero aburriros. Ya lo retomaremos más adelante. Y, quién sabe, puede que por entonces ya me haya acabado el Super Mario Galaxy 2: juego de colorines con toque infantil al que yo, destrozador de aliens y zombies en otras consolas, tengo muchas ganas de jugar.

Mientras tanto, viciad y drisfutad con lo que tenéis, que seguro no es poco.

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