17 jul 2010

JUEGAZOS de los 90: ALIEN TRILOGY

Una especie de pavo sanguinolento rompepechos. Una monstruosa cucaracha pulpo..Un puñado de bichos de los más chungo….Varios fueron los bocetos e ideas iniciales pero, por suerte, fueron descartados por el diseño final de H.R Giger y O’Bannon. Ambos crearon el monstruo espacial más terrorífico (y rentable) de la historia.
Ya hace más de 30 años que sume a muchos en pesadillas….ya hace más de 30 años de aquel gran eslogan: “en el espacio, nadie puede oír tus gritos”.

Sí, Alien, el 8º pasajero (Ridley Scott, 1979), pasa de la treintena, y sigue siendo una de esas películas de culto, que creó tendencia y dio origen a una saga que, a mi pesar, cada vez se hunde más y más en una espiral de estupidez…
Mientras que el señor Scott desarrollaba una película de terror y ciencia ficción, el gran James Cameron retomaba la idea de los alienígenas de sangre ácida en una entrega de acción, con ligeros toques de terror. Aliens, el regreso (James Cameron, 1986), creó algunas de las situaciones más emblemáticas de este género cinematográfico, tantas veces imitadas y tan pocas decentes.
Paso mucho tiempo hasta que, en vallas publicitarias volviésemos a ver un embrión alien, oscuro, con un mortecino brillo verde botella. ¿Cómo se formó Alien3?. Era la pregunta que se hacía todo el mundo. El final de la entrega de James Cameron no dejaba claro cómo podía continuar sembrando el pánico los monstruos de Giger y O’Bannon..
En esta ocasión, el cineasta David Fincher (en el 1992) volvía a hacer sufrir a la teniente Hellen Ripley, incondicional asesina de Aliens (magníficas actuaciones de Sigourney Weaver en todas ellas), luchando de nuevo contra los conocidos Xenoformos.
Con estas tres entregas se cerró una trilogía. Una saga de películas con una legión de forofos, fans y defensores acérrimos de todo lo que concernía a Nostromos, Sulacos, Weylans Yutanis y aliens (aunque la 3º entrega deja algo que desear).

En base a estas 3 películas, en 1996, sale a la venta Alien Trilogy (Sega Saturn, Sony Playstation y PC).

En mi modesta opinión, de las mejores (por no decir la mejor) adaptación del mundo alien al campo de los videojuegos.


Alien Trilogy es un FPS (First Person Shooter), o como se conoce vulgarmente: un tipo Doom (de tu personaje sólo ves el arma, y es en vista subjetiva).
A pesar de estar basada en la trilogía antes citada, se ve que no contaron con los derechos de imagen de las películas; por lo que controlaremos a un personaje tremendamente parecido al interpretado por Sigourney Weaver en Alien3.



Nuestro protagonista deberá cumplir una serie de misiones que se detallarán al inicio de cada fase. Estas misiones variarán desde abrir camino a posteriores marines (podían ir todos juntos, ¿no?), recoger placas identificativas, eliminar determinados enemigos, conectar suministros eléctricos….
El tipo y la escenografía de cada misión dependían de las 3 grandes áreas en las que se dividía el juego (cada una acorde con una película).

La primera parte del juego, se correspondería con la película de James Cameron, Aliens, el regreso. Los escenarios son calcos de los que pudimos ver en el filme, y recorreremos las instalaciones y zonas de la colonia que la compañía Weylan Yutani instaló en el Lv-426. Recordemos que esta 2 entrega de la saga tiene como argumento la misión de un grupo de marines, con Ripley como consejera, que consiste en averiguar porque los colonos no dan señales de vida…

La segunda, era más fiel a los hechos ocurridos en Alien3, y en esta ocasión, los escenarios serán un poco más claustrófobicos, en consonancia con las dependencias de la cárcel planetaria (en la película de David Fincher, la acción transcurre en un planeta prisión donde ha caído Sigourney Weaver…y un alien).

La tercera y última parte se basa en la primera entrega: Alien, el octavo pasajero. Pero, curiosamente, el juego no transcurre en la nave de carga Nostromo: nave tripulada por 7 personas que, al recibir un misterioso SOS de una nave, descienden al planeta Lv-426, para volver a la nave con un pasajero más…. La historia transcurre en el interior de la nave alienígena estrellada en el planeta: el origen de todo.

Las zonas contaban con una media de 10 fases, de mayor o menor duración en función de nuestra habilidad, nuestras ganas de sobrevivir y de los secretos que quisiéramos encontrar. Al final de cada zona, teníamos un inevitable encuentro con una reina alien, en un escenario de grandes dimensiones plagado de huevos….
También había lugar para fases de bonus, que consistían en f contrarreloj en las que debíamos recorrer una zona laberíntica cogiendo todos los objetos posibles y volver al punto de partida antes que se agotara el tiempo.


Hay que decir, que de aquella no había motores Havock, y que los gráficos de juegos de ahora como Crysis, Killzone y similares eran sólo sueños inalcanzables por todos. Aunque el juego se desarrollaba en un mundo y escenarios en 3D, los personajes y enemigos eran sprites (“animaciones”) en 2D. Esta combinación de gráficos permitía tener escenarios medianamente currados, pero con protagonistas muy limitados. Y, algo realmente cutre pero era lo que había, era matar un enemigo y ver sus restos en el suelo. Si girabas alrededor del muerto veías como el cadáver giraba contigo…Era cutre, sí, pero bendita aquella época

En cualquier caso, gráficamente era correcto, y los enemigos estaban bien hechos aunque, lamentablemente, la tecnología de aquella época no permitía unas animaciones más realistas en este tipo de juegos…

La variedad de enemigos no era muy grande, pero tampoco es que fuera necesaria.
En las tres zonas del juego nos enfrentábamos al alien adulto (el clásico alien), a los “face hugger” (las “manitas” que se pegan a la cara), los rompepechos (el alien recién salido del cuerpo humano), aliens jóvenes (una mezcla de alien y perro, realmente curioso, porque parecía un ciervo al caminar); aliens soldados (aliens un poco más tronchos, más cabrones y de color rojo…en fin); humanos y androides (los únicos con armas a larga distancia del juego) y, por último, la terrible reina.

El arsenal del que disponíamos para acabar con nuestros enemigos era limitado, pero, como en todos estos juegos, siempre acabas usando las mismas armas. En este caso teníamos la pistola básica (beretta de 9mm, con munición “ilimitada”. Ilimitada entre comillas porque siempre quedaba una bala, que se regeneraba automáticamente, pero sólo 1); la escopeta (en estos juego nunca debe faltar una escopeta recortada), el rifle de impulsos (el arma básica de los marines, automática, de gran capacidad para munición y con la posibilidad de lanzar granadas); el rifle autodirigido (arma pesada que llevaban Vásquez y Drake en Aliens, el regreso, automática de gran potencia con balas ligeramente teledirigidas), lanzallamas (impone mucho más de lo efectivo que era realmente) y las cargas explosivas (bombas).

Gráficamente no es que fuera algo apabullante, pero el sonido era magistral: la recreación del sonido de puertas, mapas, armas, aliens y demás es tal cual el de las películas (para muchos una nimiedad, para otros frikis como yo, una delicia).

Pero uno de los puntos realmente fuertes de este juego, era la banda sonora. Magistral. Melodías angustiosas, tétricas, siniestras, perfectamente integradas en el juego.

Menú inicial y fases de bonus:


Algunas fases del juego



Y por supuesto, la Reina:



Para muchos, es lo mejor de lo mejor del juego (y no es de extrañar, ¿no?).

A grandes trazos, era un buen juego, adictivo y con una dificultad ajustada y regulable, siendo increíblemente difícil el modo Xenomanía, en el que los enemigos resucitan cada poco tiempo…

Lástima, de nuevo, los sprites del juego, que si bien no eran malos, no eran el punto fuerte. Tampoco la I.A de los enemigos es que fuera para echar cohetes, limitándose a ir hacia ti en cuanto estuvieras en el campo de acción y a moverse erráticamente para complicarte la tarea de dispararles.

Los enfrentamientos contra la reina podían ser espectaculares…o tediosos. En cuanto abrías la puerta, accedías a un espacio enorme, que se perdía en la oscuridad. Atisbas la silueta de algunos huevos de alien, escuchas cómo algunas “manitas” se arrastran y ves en tu detector de movimiento puntos que se desplazan…y desaparecen.
La música empieza piano, para luego, aumentar de ritmo e intensidad, volviéndose frenética y angustiosa, a medida que te desplazas por esa gran sala eliminando huevos y esquivando bichería.

Hasta que, de pronto, escuchas una mezcla entre bufido y rugido, te giras y te encuentras de frente a la reina, hecha una furia.
Si mantienes la sangre fría y retrocedes podrás ver cómo se relaja y sigue a lo suyo, conectada a un gran conducto ovopositor. Si por el contrario le disparas y le tocas la moral, verás como se separa del conducto y empezará a perseguirte como una posesa.



Y he aquí las posibilidades. Esquivar a la reina (y a los pocos face huggers que hayas dejado con vida) mientras corres, fintas y le plantas cara a campo abierto (también hay algún que otro pasillo, medianamente oculto, con preciada munición) O bien te parapetadas en el pasillo que conducía a la salida y desde allí, con paciencia y tedio, esperabas a que apareciera la reina, le disparabas, ella no podía entrar y retrocedía y vuelta a empezar….Cada uno como prefiera.

Y, aunque pudiera parecer fácil, es necesario recordar que estamos hablando de una época en las que los juegos eran sumamente complicados (no tanto como a finales de los 80 y principios de los 90). Esa dificultad era debida, en parte, a que en aquella época las opciones de jugabilidad eran reducidas. Nos limitábamos a disparar, correr, escapar, retomar posiciones, coger munición y seguir disparando. No había ni escudos defensivos, ni regeneración automática, ni tropas aliadas ni nada de lo que ahora abunda.
Pero si tienes un espíritu masoca puedes estar tranquilo. Uno de los niveles de dificultad que permitía el juego es el llamado: Xenomanía. Una auténtica locura, donde los enemigos resucitan cada poco tiempo. Sólo para auténticos marines.

En conclusión, Alien Trilogy es, para mí, de esas joyas nostálgicas que merecen ser jugadas una y otra vez. Un claro reflejo de cómo se hacían grandes juegos antaño (a pesar de tener medios rudimentarios). Un ejemplo de cómo un juego no es todo potencia gráfica. Una muestra de que una gran banda sonora puede hacer estremecer mucho más que la criatura más terrorífica.

Si eres medianamente fan de la saga Alien, si te gustan los shooters y tienes la ocasión de probarlo, no lo dudes. Es un JUEGAZO, clásico entre clásicos, y una de las mejores adaptaciones del celuloide (aunque sea una trilogía) al mundo de los videojuegos.


Fin de la transmisión.

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